dilluns, 13 d’octubre del 2014

EL MAL , EXISTE ' '''?????



referencia : http://elasombrario.com/libros-para-protegerse-del-mal/

El mal no habita sólo en los relatos de terror. Es imperceptible y cotidiano. Se oculta bajo un manto de comodidades, silencios, miedo, obediencia ciega e indiferencia. De pasividad. Es individual. También social y político. La literatura se ocupa de describir a cada uno. Y con ella podemos protegernos mejor. Desde nosotros a la tierra de los monstruos y de regreso a nuestro hogar. Junto a Maurice Sendak, C.S. Lewis, Clara Usón, Martín Caparrós, Hannah Arendt, Georges Simenon y el ‘Frankestein’ de Mary Shelley, entre muchos otros, iniciamos este inquietante viaje de eterno retorno.

En 1963, Maurice Sendak publicaba Allí donde viven los monstruos. Se trata de un pequeño libro donde se narra una de las mayores tragedias humanas. El protagonista de ese cuento es un niño que se enfada. La rabia es un motor para llegar muy lejos. La rabia y la tristeza son las dos caras de una misma moneda. Ese niño corre y llega hasta el mar. Lo atraviesa. Finalmente, alcanza un territorio donde habitan los monstruos. No se quedará para siempre ni se convertirá en uno de ellos, porque hay algo absolutamente fundamental que lo devuelve al hogar y a la humanidad. El niño siente el olor a sopa que su madre está preparando y que lo guía. Es la llamada cálida y bondadosa. Y, sin lugar a dudas, cuando ese niño madure, será capaz de prepararse su propia calidez y servirla al niño que fue y que se sentirá herido en más de una ocasión. La banal sopa nos cuenta que nuestro “hogar” se apoya en pequeños actos. Si se nos olvida la calidez, nos creemos innecesarios. Si nos quedamos en tierra de monstruos, perdemos la memoria de lo fundamental humano. La locura en sus diversos grados ejerce un poder protector de la realidad y conduce al exilio con certeza brutal.

“La tradición del pensamiento occidental sufre del pre-concepto de que los peores males de la Humanidad provienen del egoísmo. Pero en nuestro siglo el mal ha demostrado ser más radical de lo que antes se pensaba. Y ahora sabemos que el auténtico mal, el mal radical, no tiene nada que ver con el egoísmo ni con cualquier otro motivo pecaminoso. Por el contrario, está basado en el siguiente fenómeno: en convertir a los seres humanos en superfluos e innecesarios” (Hannah Arendt).

En 1961, la filósofa Hannah Arendt acuñó el concepto de la banalidad del mal. En 2008, la misma idea trasciende en la novela A quien corresponda, de Martín Caparrós. Mediante una intriga a ritmo trepidante, define la banalidad cotidiana sin medias tintas: “Es el mecanismo de la cultura imbécil: consumir lo que ya tiene un mito bien establecido”. Caparrós usa la pesquisa de un crimen para relacionar el yo y sus circunstancias. Parte de un mal diagnosticado a su protagonista, Carlos, que lo llevará a recorrer todos los caminos del mal, de lo individual a lo social, cultural y político.

Pero entender no es perdonar. Entender no implica nada más que comprensión, la cual nos ayuda a convivir con aquello que de otro modo sería imposible. Y no siempre la comprensión conduce a la justicia o al perdón. Cuando Truman Capote escribió A sangre fría, una parte de él se perdió, pagó un precio alto para dejarnos el relato pormenorizado del mal. El mal es banal. Sucede arbitrariamente. No puede ser profundo, va contra su propia naturaleza puesto que se encarga de cortar las raíces, de aislar y de helarnos. Acaba por abandonarnos en un territorio lejano a la humanidad y se camufla trivializándose. Y porque es banal, el mal sólo es extremo, incluso cuando es puntual. La gestación de esta idea no fue nada sencilla y a Hannah Arendt también le supuso un precio alto. Ha sido contada en la película de Margarethe von Trotta, cuyo trailer se puede ver a continuación.



En 1942, C. S. Lewis, el autor a quien muchos conocen por Las crónicas de Narnia, escribió uno de los textos más reveladores sobre la descripción del mal: Cartas del diablo a su sobrino“. Ha sido recientemente llevado a los escenarios de Broadway con gran éxito. Lewis dedicó esta obra a su amigo Tolkien. Las Cartas narran la evolución de un joven soldado inglés durante la Segunda Guerra Mundial. Cada misiva desarrolla un consejo que un diablo experimentado, Escrutopo, da a su inexperto sobrino, Orugario, que es el encargado de tentar al protagonista. La libertad y la bondad son constantes que interactúan y el mal sólo triunfa ante la indiferencia. C. S. Lewis argumenta sobre el frío del mal frente a la calidez de la generosidad. El mal, una vez más, se describe en toda su aparente banalidad y afectando a la gente más corriente.

En 2012, Clara Usón publicó La hija del Este. El retrato cambia de perspectiva. Una hija descubre que su padre es un monstruo y se suicida con la escopeta preferida de él. Usón nos da una clave esencial en boca de su protagonista, Ana Mladic, la hija del general Ratko Mladic, uno de los criminales más sanguinarios de la guerra de los Balcanes: “Hace falta valor para dejar entrar la duda en la vida de uno, para desmontar las certezas que te sostienen; eso es siempre sano, a pesar del peligro de que sea paralizante”. Esa Ana Mladic de Clara Usón le habla al Carlos de Martín Caparrós. Ella no es inocente, pero aun así el horror provocará su muerte. Las certezas y el miedo paralizan. Un muro de contención a niveles individuales y sociales facilitan todos los caminos a la manipulación del mal. Obedecer sin cuestionar y la ideología que todo lo justifica son dos caminos de la banalidad. En 2007, la canadiense Naomi Klein (con libro recién estrenado sobre el clima, el capitalismo y nuestras visiones a corto plazo) ya desarrolló dichos temas con la vista puesta en lo social y lo político de manera exclusiva. La doctrina del shock fue llevada a la pantalla grande por los hermanos Cuarón, cuyo trailer se puede ver aquí.

Entre 1259 y 1268, Santo Tomás de Aquino llegaba a la conclusión de que el mal no existe, que se trata de un simple error. Acontece porque existimos, porque ejercemos la libertad de ser y en el camino nos equivocamos. Esta ha sido la postura de Patricia Highsmith en gran parte de sus novelas. Para ella todos somos capaces de hacer el mal dadas las circunstancias adecuadas. Muy diferente es el mal que ilustró Mary Shelley en Frankenstein. En efecto, Frankenstein defiende que ha nacido para sentir amor y simpatía. Pero su dolor y su rabia lo llevaron hacia la maldad y el odio, lejos. Al darse cuenta de este destino sufre más todavía, siente un vacío que no puede soportar y que lo hiela. En ese momento el mal se convierte en el único bien para él. Mary Shelley escribía sobre esto en 1838. Muchos años más tarde, en 1960, el psicoanalista Lacan (que defendía el poder curativo de la poesía) señalaba ese mismo vacío y lo ubicaba en un territorio lejano y fronterizo con la subjetividad, donde habitan los fantasmas de nuestro ser. Hasta allí nos conducía Beaudelaire en Las flores del mal. Georges Simenon retrataba el proceso explosivo de quien ha ignorado aquel territorio lejano en el protagonista de El hombre que miraba pasar los trenes, y desde el punto de vista de la víctima en El noviazgo de Monsieur Hire, llevado al cine por Patrice Leconte.

“Los símbolos literarios encierran un mayor peligro, ya que no son tan fácilmente reconocibles como simbólicos. Los mejores son los de Dante: ante sus ángeles nos sumimos en un auténtico temor reverencial, y sus diablos se aproximan mucho más –por su rabia, despecho e indecencia– a lo que debe ser la realidad… Pero la imagen verdaderamente nociva es el Mefistófeles de Goethe. Es Fausto, y no Mefistófeles, quien de verdad exhibe la implacable, insomne y crispada concentración en sí mismo de la marca del infierno. El divertido, civilizado, sensato y flexible Mefistófeles ha contribuido a fortalecer la ilusoria creencia de que el mal es liberador”. (C. S. Lewis)

Cada día convivimos con el mal, pequeño o grande, individual y social: enfermedad y muerte, desastres personales y naturales, pérdida del trabajo, de la dignidad, de la salud, injusticias sociales, robos de derechos, guerras, hambre. Y continúa implacable el mal cada vez que se ataca a los seres más débiles, lo cual al final nos acabará afectando a todos una vez que la banalidad haya dejado la puerta abierta. Una rama de un árbol que mata a un transeúnte y una tala masiva indiscriminada son las dos caras de la misma moneda. Un perro que aúna esfuerzos individuales. Defender la inocencia nos permite sublimar el bien. Los autores aquí mencionados, desde siglos y geografías muy distantes, señalan al mismo centro. Los autores que han tratado la cuestión del mal desde 1604 de la mano de Marlowe y su Fausto han ahondado en lo individual, social o político, de manera profunda y son muchísimos. Hablan del frío y de la indiferencia, de la obediencia callada. Se enfrentan a la trivialización de vampiros, zombies y otros monstruos modernos simplistas a medida que nuestras sociedades descuidan el simbolismo, se vuelven más durmientes, se aplastan las experiencias directas bajo planas pantallas y las sombras de 50 en 50 acompañan todo lo que es políticamente correcto, famoso y cómodo. A todos ellos salpicaremos con sopa para alegría de nuestra gran amiga Mafalda, que no dudaba en señalar cada una de nuestras banalidades cotidianas.


diumenge, 5 d’octubre del 2014

ESTE AÑO HABLAMOS DEL PERDÓN Y LA RECONCILIACIÓN EN EL CURSO DE ÉTICA

CAMINO DEL COLESTEROL VITORIA GASTEIZ


El curso ha empezado y vamos a caminar juntos. En este dar un paso detrás de otro propongo leer una lectura que nos puede llevar a entender que la imaginación y la fantasía pueden ser caminos de encuentro con experiencias a veces no muy agradables . Susanna , una novela de Gertrude Kolmar nos enseñará que el mundo de una joven adolescente puede servir como refugio de los horrores más insospechados . 

Esto nos permitirá pensar como se llega a una guerra, a la barbarie y por eso queremos introducir el tema con un personaje HITLER , sus claros y oscuros , su dogmatismo, su racismo, su irracionalidad o racionalidad extrema.. El cine será este elemento que nos permita encontrarnos con esta experiencia .. El hundimiento, el reinado del mal, seran el punto de despegue con esta historia del personaje. Alice Miller en su excelente libro , "Por tu propio bien" nos apoyará en esta imagen del niño y su infancia , hablando de Hitler...  

El camino todavía no acaba aquí con Ferran Torrent y Ombres en la nit , nos acercaremos al mundo de los supervivientes , gitanos que vivieron en los campos del horror  y que en su viaje posterior buscará una sed de venganza en un mundo que parece que vuelve a repetir los errores del pasado , ..Un mundo de guerra fría , un mundo dominado por el odio y la venganza, un mundo donde nos preguntaremos por la posibilidad de perdón y reconciliación ...  

El cine volverá a ser un elemento de encuentro , en este caso , veremos el lector de Slichk y La caja de música como recordatorios de que a veces no podemos perdonar ...Nos preguntaremos si resulta posible eso de perdonar a vergudos , colaboradores, cuando ha existido un conflicto y tenemos razones evidentes para condenar a Hitler, a Mussolini, a Franco y a tantos otros... 

Curs 2023.Lectures sobre el Mal